La Salud y la actividad física
Una actividad física correctamente realizada no solo va a mejorar nuestra condición física, sino que también va a repercutir en beneficio de nuestra salud. Principalmente nos va a proteger frente a varias enfermedades de tipo crónico, de entre las cuales, las relacionadas con el sistema cardiovascular adquieren relevancia.
Por desgracia, uno de los inconvenientes de nuestra sociedad tan industrializada y avanzada tecnológicamente es que nos esta llevando a un estilo de vida cada vez más sedentario, y muestra de ello es el hecho de que las enfermedades cardiovasculares representan todavía la primera causa de muerte entre las personas, en los países occidentales.
Beneficios que nos aporta la actividad física
La actividad física es apta para todas personas y a cualquier edad, y va a contribuir a mejorar nuestra calidad de vida y por lo tanto a prolongarla. Son muchas las investigaciones científicas las que avalan los beneficios que conlleva: fisiológicos, psicológicos y sociales.
De entre los primeros, los beneficios fisiológicos, ya hemos apuntado antes a uno de los principales, el evitar enfermedades cardiovasculares, o la tensión arterial alta. Pero no solo se queda ahí, ya que también va ayudarnos a evitar otras como pueden ser el cáncer de colon o el de mama, y la diabetes, enfermedades las cuales tienen como causa principal la inactividad física, en un porcentaje que ronda el 25%. Beneficios fisiológicos, que se refieren a nuestra estructura física, es decir a nuestro cuerpo. Nos ayuda a controlar el sobrepeso, la obesidad. Fortalecerá nuestros huesos, aumentando su densidad, y nuestros músculos, mejorando su capacidad para realizar esfuerzos sin sufrir fatiga.
En segundo lugar, y no menos importante, los beneficios psicológicos. Nuestra mente también forma parte de nuestra salud, y la actividad física nos va ayudar a mejorar nuestro ánimo y autoestima. Va a contribuir directamente a disminuir el riesgo de padecer estrés, ansiedad, depresión, etc. Y en las etapas de maduración de los adolescentes, la actividad física va a contribuir al desarrollo integral como personas y mejor rendimiento escolar.
Como beneficios sociales, y si tenemos en cuenta que muchas de las actividades deportivas se suelen realizar en grupo o en establecimientos (gimnasios, polideportivos, etc.) donde acuden varias personas con este mismo objetivo, va a fomentar la sociabilidad y, para aquellos colectivos que sufren de alguna discapacitación física o psíquica, va a ayudarles a la integración social y aumento de su autonomía.
Actividad física saludable. Inicio y frecuencia
El inicio en la práctica del fitness, ha de realizarse de forma progresiva, pero constante. La disciplina juega aquí un papel muy importante. Piensa que, como en todo tipo de actividades físicas, los beneficios que obtendrás no son instantáneos, requieren de un cierto tiempo. Tienes que pensar en disfrutar, y los resultados aparecerán poco a poco.
Ponte en manos de personal profesional, ya sea a través de los monitores de un gimnasio o de entrenadores personales, los cuales en función de tus objetivos planificaran tu entrenamiento, supervisarán la correcta ejecución de los ejercicios, te enseñarán a utilizar los distintos aparatos y materiales y en todo caso, podrán resolverte cualquier duda que tengas, aconsejándote también en los aspectos relacionados con la nutrición y descanso, pues no tienes que olvidar que éstos deberán ser los adecuados para complementar y obtener resultados óptimos.
Observarás que tu trabajo irá aumentando de forma progresiva, tanto en intensidad, frecuencia y ritmo, hasta conseguir un entrenamiento equilibrado, seguro y saludable.
La actividad física y las políticas públicas de salud
La salud es cosa de todos y por lo tanto, ha ser promocionada y vigilada desde y a través de los medios que puedan aportan las políticas públicas cuya misión sea esa precisamente, la de prevención y promoción de la salud.
El objetivo primordial debe ser la realización de los programas de prevención y promoción de salud, centrados en modificar las conductas individuales relacionadas a la actividad física y los hábitos alimentarios de la población. Estudiar las causas y las consecuencias de las enfermedades que se desarrollan como consecuencia de estilos de vida poco saludables y fomentar desde la edad escolar, la realización de actividades físicas o deportivas.
Las políticas públicas de salud han de ir más allá del sector estricto de salud, y deben articularse con el sector educativo, deportivo y de alimentación. Han de velar por la accesibilidad y seguridad en la actividad física de los ciudadanos, crear o mejorar las instalaciones deportivas en las escuelas y en general, espacios públicos seguros y accesibles para todos, para poder disfrutar del deporte en nuestro tiempo libre.
Y por último, no olvidemos que no solo es responsabilidad de los poderes públicos, pues nosotros también como padres, profesores o estudiantes, debemos promocionar todas aquellas acciones que sirvan para potenciar un estilo de vida más saludable.
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